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PROYECTO INOCENCIA DE LA UNIVERSIDAD MANUELA BELTRAN - Eltiempo.com

Programa de la Universidad Manuela Beltrán busca inocentes en las cárceles

Clic para ampliar Foto: Federico Puyo / EL TIEMPO

Estos estudiantes de derecho, apoyados por el Laboratorio de Investigaciones Biológicas de la Universidad Manuela Beltrán, pasan casi siete horas semanales en las cárceles La Picota y el Buen Pastor tratando de encontrar inocentes o personas que hayan sido condenadas por error.

Miran sus expedientes y los escuchan. Quieren demostrar que fueron condenados por error.

En el patio 2 de la cárcel La Picota, en Bogotá, Germán Guerrero dice que siempre soñó con tener una hija y por eso aceptó vivir con una mujer que le juró amor eterno.

Un día pelearon y ella viajó a Girardot (Cundinamarca). Al buen tiempo, ya reconciliados, la mujer regresó a casa de Guerrero con una niña diciendo que era suya. Sin hacer preguntas y confiando en su palabra, él la adoptó y le dio su apellido. Se esforzó por educarla, se le volvió un motivo más para trabajar, pero un día la alegría terminó. Al intentar sacar su pasado judicial fue detenido por el delito de secuestro, porque según el DAS, esa niña que amaba había sido plagiada y escondida en su casa.

Al otro lado del penal, en el patio 6, Juvenal Ramírez, oriundo de Puente Nacional, cuenta que tuvo relaciones sexuales con una mujer, quien después de unos días lo acusó de acceso carnal violento. El delito fue catalogado como 'agravado', porque además ella quedó embarazada.

Ambos están condenados a penas superiores a seis años de prisión. Familiares y amigos ya se resignaron a verlos culpables. Incluso, ellos se convencieron de esto para no hacer más duro el encierro.

Pero hay un grupo académico de la Universidad Manuela Beltrán (UMB) que piensa lo contrario. Después de mirar sus expedientes y escucharlos en entrevistas privadas, sus integrantes creen que pueden demostrar que Guerrero y Ramírez, al igual que otros reclusos del penal, son inocentes y fueron condenados por error.

Este esfuerzo se llama Proyecto Inocencia y está inspirado en una iniciativa creada en Estados Unidos hace 16 años. Allá, uno de los casos más sonados fue el de Dennis Fritz, que fue sentenciado a muerte por asesinar a una joven en Oklahoma. Pero a través de pruebas de laboratorio se comprobó que no era responsable. Ese dictamen se conoció faltando cinco días para su ejecución y cuando ya le habían tomado las medidas para su ataúd.

Es la primera vez que una iniciativa así funciona en Colombia, donde el sistema judicial está lleno de imprecisiones.

El Proyecto Inocencia de la UMB es impulsado por alumnos de la facultad de derecho, que decidieron reemplazar el tradicional consultorio jurídico que generalmente atiende delitos menores como hurtos, lesiones personales o inasistencias, por el análisis de secuestros, asesinatos, abusos sexuales, entre otros, un hecho inédito para cualquier universidad nacional.

Ellos están apoyados por el Laboratorio de Investigaciones Biológicas de la institución, por dos estudiantes de psicología y por el penalista Luis Fernando Castellanos.

Los universitarios no solo se enfrentan a casos que ellos denominan 'gruesos'. También revisan expedientes, algo que está reservado para los abogados titulados. "Sin graduarnos ya estamos en las grandes ligas", dice Francisco León, estudiante de Derecho.

Él y 7 compañeros han entrevistado a cerca de 125 internos de La Picota y el Buen Pastor, para tratar de identificar casos que puedan reabrirse.

Ellos no actúan como los abogados tradicionales que atienden a sus defendidos a través de una ventanilla. Tienen la oportunidad de entrar a los patios y conversar con los acusados. Por eso, cada reunión se vuelve como una especie de procesión en la que los internos los persiguen para contarles sus historias.

"Hay personas que se nos acercan llorando, condenados a 10 ó 20 años, y con historias que de paso nos hacen llorar a nosotros porque tienen vacíos y hechos que no encajan. Pero muchas veces les tenemos que decir que no los podemos ayudar porque no hay evidencias nuevas (llamadas sobrevinientes) o testigos nuevos que podamos utilizar para salvarlos", dice León.

Él reconoce que el Proyecto Inocencia en el que participa no ha sacado a nadie de la cárcel, pero ya han identificado seis casos que merecerían acción de revisión, las cuales darían lugar a la revocatoria de las sentencias condenatorias.

Por ejemplo, pudieron comprobar que la compañera de Guerrero, acusado por secuestro y quien nunca pudo defenderse, reconoció en varias audiencias que él no tuvo nada que ver en el plagio de la niña y que todo fue el resultado de un engaño. Sin embargo, la jueza ha dicho que por haber tenido un vínculo amoroso con la secuestradora, Guerrero fue su cómplice.

"Ya conseguimos nueve testigos nuevos que declararán que Germán fue engañado y hasta el último momento estuvo convencido de que él era el padre de la pequeña, una versión que la juez no tuvo en cuenta en su momento".

Por su parte, los jóvenes del Proyecto Inocencia han demostrado que Juvenal Ramírez, acusado de violación, es estéril y que no era posible que embarazara a la mujer que lo acusa de haberla violado. Por eso, la idea es comparar las muestras de ADN de la niña y de él para demostrar que no es su hija.

"En este caso no podremos desbaratar el proceso que le siguieron por acceso carnal violento (que también tiene inconsistencias). Pero si logramos demostrar que él no embarazó a su supuesta victima, su pena pierde ese agravante y se reduciría", agregó León.

Los estudiantes pasan casi siete horas semanales en La Picota y el Buen Pastor. En ese tiempo, además de conocer casos increíbles y a delincuentes descarnados, como el hombre que les confesó que había matado a una mujer solo por probar un arma que acababa de comprar, han notado que muchos de los internos han sido condenados sin que se les respetaran sus derechos básicos.

"Son juzgados como reos ausentes y otros no lograron defenderse porque no fueron notificados correctamente. A veces sus defensores de oficio no conocen los detalles del caso. Muchos no saben qué delito cometieron. O cuando se enteran de que han sido condenados, las instancias para tramitar una apelación se han agotado", dijo la estudiante Omaira Monroy.

Ellos han podido calcular que al menos el 60 por ciento de los detenidos con los que han hablado tienen condenas incorrectas. "No podemos decir que no han cometido delitos, pero son muchos los que tienen penas equivocadas", explicó el abogado Luis Fernando Castellanos, director del proyecto y quien tiene como misión evaluar el desempeño de sus estudiantes.

Existe un agravante para los detenidos y es la salud mental de algunos, un tema que nunca es tenido en cuenta a la hora de dictar sentencia. Y a pesar de que muchos sufren trastornos, son tratados como si estuvieran sanos. De eso da testimonio Steven Bolívar, estudiante de psicología y quien asesora el desarrollo de los casos.

Pero no falta el que se hace literalmente 'el loco' para buscar un cambio de patio o algún beneficio.

38 campus de E.U. y Canadá trabajan por libertad de presos

En Estados Unidos, el Proyecto Inocencia es una organización sin fines de lucro que trabaja desde la Facultad de Derecho Benjamín Cardozo, de la Universidad Yeshiva, de Nueva York, buscando la libertad de inocentes. También han tratado de reformar el sistema judicial para evitar nuevas injusticias.

Se desarrolla en 38 universidades, algunas de ellas de Canadá. Desde su creación, en 1992, ha logrado la exoneración de 220 personas en 32 de los 50 estados estadounidenses. De ellos, el 70 por ciento pertenecían a grupos minoritarios. Y en casi la mitad de los casos, las pruebas de ADN fueron clave para encontrar a los verdaderos culpables.

Cientos de presos o familiares llaman cada año a la sede del proyecto para pedir su ayuda en la revisión de procesos ya juzgados. Entonces abren una investigación que dura unos cuatro años. En el 40 por ciento de los casos, los condenados eran inocentes, y en la mitad encontraron a los culpables gracias al ADN hallado en las escenas de los crímenes.

JAVIER SILVA HERRERA
REDACCIÓN VIDA DE HOY

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